Nuestro cuerpo se encuentra funcionando continuamente. Las manifestaciones externas de este funcionamiento son señales que emite y se denominan “Signos vitales”.
Estas “señales o signos” se pueden percibir fácilmente, por medio de los sentidos de una persona que examine, o mediante la ayuda de instrumentos simples como el termómetro o el esfingomanómetro.
No solamente son evidencia de vida, nos hablan también del estado de salud de la persona y en un momento dado, nos ayudan a establecer pronósticos sobre la condición del individuo y a que los especialistas tomen decisiones médicas.
Son cuatro los Signos Vitales principales:
1. La Temperatura Corporal.
2. El Pulso Arterial ó pulso, que se encuentra relacionado directamente con la Frecuencia Cardíaca.
3. La Frecuencia Respiratoria.
4. La Presión Arterial
En ocasiones se incluye un quinto Signo Vital entre los principales: la Reactividad de la Pupila.
La temperatura corporal representa la intensidad o grado de calor del cuerpo.
Como toda maquinaria que está funcionando, el cuerpo despide calor. La Temperatura normal es el equilibrio que se establece entre el calor que produce el organismo, por la utilización de los nutrimentos (metabolismo) y el disipado al ambiente.
Por convención se ha tomado como valor “normal” 37ºC; sin embargo, la temperatura corporal no es un valor “puntual”, y hoy en día se considera normal el rango de 36.8 +/- 0.4ºC.
La temperatura corporal varía de acuerdo al “Ciclo Circadiano”, y observamos como la temperatura es menor durante el “Nadir” (6 de la mañana), que durante el “Cenit” (entre 4 y 6 de la tarde). Este hecho explica el por qué los enfermos se sienten peor durante la tarde, que durante la mañana.
De igual forma, la temperatura del cuerpo no es la misma en la superficie externa, que en el interior. Esto se observa cuando tomamos la temperatura en diferentes puntos, por ejemplo:
Si la temperatura obtenida por vía oral de una persona es de 37ºC, la lectura por vía axilar será de aproximadamente 36.5ºC y por vía rectal, que corresponde a la temperatura central del organismo, será de 37.5ºC.
Las variaciones de la temperatura corporal, pueden estar por encima o por debajo de los valores normales.
Cuando se encuentran por encima, hablamos de fiebre e hipertermia y por debajo de hipotermia.
Fiebre.
Es una aumento temporal de la temperatura, por encima de los límites normales, y dependiendo de la hora del día.
Es un componente importante de las defensas del organismo contra la infección. También los trastornos inflamatorios o autoinmunes pueden causar fiebre: artritis reumatoide, lupus eritematoso, colitis ulcerativa, enfermedad de Crohn, vasculitis, etc.
Otras posibles causas de fiebre abarcan: algunos tipos de cáncer, como primer síntoma, coágulos de sangre, algunos medicamentos.
Para intentar bajar la fiebre:
- Quitar el exceso de ropa o cobijas
- La habitación de la persona no debe estar caliente, ni fría y bien ventilada
- Refrescar mediante un baño tibio o un baño de esponja
- Tomar bastantes líquidos
- En adultos, se puede administrar algún medicamento para bajar la fiebre
- En el caso de niños pequeños, menores de un año, antes de administrar medicamentos para bajar la fiebre, hay que consultar al médico
- Las inmersiones en agua helada, hielo, o fricciones con alcohol, no se recomiendan ya que enfrían la piel, pero al causar estremecimientos o escalofríos, se puede elevar la temperatura central del cuerpo, empeorando la situación.
Hipertemia.
Es el aumento de la temperatura corporal normal, debido a la falla del sistema de disipación del calor del organismo. El golpe de calor es uno de los casos frecuentes de hipertermia, cuando la temperatura corporal aumenta hasta los 40°C, afectando el sistema nervioso central y pudiendo causar desde delirios y convulsiones, hasta desencadenar un coma.
La diferencia con la fiebre, es que el propio cuerpo no está elevando la temperatura a un nivel más alto para defenderse de un agente infeccioso externo.
La Hipertermia se puede causar artificialmente por medicamentos o aparatos médicos, como los que se utilizan en el tratamiento del cáncer.
La persona puede presentar: incomodidad en ambientes cálidos, calambres musculares intermitentes en las extremidades, hiperventilación, fatiga, confusión, cefalea, en jóvenes después de ejercitarse, o en ancianos enfermos, en ambientes cálidos.
El manejo del paciente debe ser rápido (menos de dos horas) y a nivel hospitalario. Mientras se traslada debe desnudársele y mojarle la piel, para que se comience a enfriar.
Hipotermia.
Es el descenso involuntario de la temperatura central corporal por debajo de 35°C.
Con una disminución de dos grados de la temperatura normal promedio, se comienza a entorpecer el habla y a adormecerse la persona. Cuando disminuye más hacia los 33°C (leve), se acompaña de temblores, confusión mental y movimientos torpes.
Hacia los 30°C, cuando se considera moderada, se agregan síntomas como: desorientación, pérdida de la memoria y semis-inconsciencia. Por debajo de esta temperatura, se trata de una hipotermia grave y encontramos pérdida de la consciencia, dilatación de las pupilas, disminución de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Los latidos cardíacos se tornan muy débiles y casi indetectables.
Existe mayor probabilidad de experimentar hipotermia si la persona:
- Es muy joven o muy anciana
- Padece una enfermedad circulatoria, cardíaca o crónica
- Está desnutrida
- Se encuentra excesivamente cansada
- Se encuentra bajo los efectos del alcohol o alguna droga.
Se requiere de un tratamiento médico rápido y oportuno. En lo que la asistencia llega, se debe llevar a la persona a un área con temperatura ambiente, aislada del viento y la humedad, arroparla, aislarla del frío y en caso de vestir ropa húmeda y ajustada, quitarla y cambiarla por seca. Se pueden aplicar compresas tibias en el cuello, pecho e ingles. En caso de que la persona esté consciente, se pueden administrar líquidos calientes y dulces. Si la persona está inconsciente se requiere que se examinen las vías respiratorias, para dar respiración de boca a boca o Reanimación Cardio Pulmonar, de ser necesario.
2. Pulso Arterial.
Se define como la dilatación transitoria de una arteria, cada vez que se contrae el corazón. Se puede palpar cuando la arteria se presiona sobre una superficie dura (como el hueso).
El pulso se puede palpar en varios puntos del cuerpo, siendo los tres más comunes: la muñeca, el antebrazo y el cuello.
El pulso arterial es una medida directa de la frecuencia cardíaca y varía con la edad, la cual está directamente relacionada con el tamaño de la persona, como se observa a continuación:
Grupo de Edad Pulso (Latidos/minuto)
Fetos 120 – 160
Neonatos 130 – 140
Lactantes menores 110 – 130
Lactantes mayores,
prescolares y escolares 90 – 110
Adolescentes 80
Adultos 75
ADULTOS
(RANGO NORMAL) 60 - 100
Adultos mayores 70
El pulso arterial o frecuencia cardíaca varía, de forma normal, con la edad, sexo, talla, ejercicio físico, excitación, emociones, entre otras.
Cuando el pulso arterial o frecuencia cardíaca se encuentra aumentado por encima de cien latidos por minuto en reposo, se denomina taquicardia. Es una condición más común entre mujeres que entre hombres y puede ser causado por factores como tabaquismo, alcoholismo, drogas, funcionamiento inadecuado de la glándula tiroides, insuficiencia renal, depresión, la infección de algún órgano, anemia, hemorragias, o no dormir adecuadamente.
Se percibe la aceleración del corazón acompañada de una sensación de ansiedad, una dificultad respiratoria, con otros síntomas como mareo, desmayo, ahogo o dolor agudo del pecho.
La bradicardia por el contrario, se refiere al descenso de la frecuencia cardíaca por debajo de 60 latidos por minuto. No produce síntomas a menos que ésta se encuentre por debajo de los 50 latidos por minuto. Estos síntomas pueden ser: debilidad, mareo o desmayo, que pueden hacer sospechar de una condición cardiopática.
No implica necesariamente la presencia de una enfermedad grave, de hecho se puede encontrar en adultos jóvenes y atletas, o en personas normales durante el sueño.
Se define como la fuerza que ejerce la sangre en cada punto de la arteria o vaso sanguíneo que la contiene o por donde va transitando. Presenta dos variantes:
- Presión Arterial Sistólica, que es la presión que soporta el vaso sanguíneo durante la contracción del corazón (sístole). Es el valor mayor que se obtiene durante la determinación con un esfingomanómetro. Su valor normal oscila entre los 100 – 139 mm Hg, con un promedio de 120 mm Hg.
- Presión Arterial Diastólica, la que soporta el vaso sanguíneo durante la relajación del corazón (diástole). Es el valor menor que se obtiene durante la determinación con un esfingomanómetro. Su valor oscila entre 60 y 89 mm Hg, con un promedio de 75 mm Hg.
La presión arterial, varía en forma normal de acuerdo a la posición del cuerpo. Es más baja estando acostado, que sentado o de pie. El ejercicio, el estrés y las emociones pueden aumentarla.
Los valores de la Presión Arterial, se pueden clasificar como sigue:
OPTIMA 120 80
NORMAL 130 85
NORMAL ALTO 130 – 139 85 – 89
HIPERTENSION 140 90
ESTADIO 1 140 – 159 90 – 99
ESTADIO 2 160 – 179 100 – 109
ESTADIO 3 180 110
Hipertensión arterial.
Algunos factores pueden aumentar la presión arterial como:
- La cantidad de agua y sal en el organismo
- El estado de salud de los riñones, vasos sanguíneos y del sistema nervioso.
- Los niveles de diferentes hormonas en el cuerpo,
La hipertensión arterial aumenta la probabilidad de presentar un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal y a la larga muerte temprana.
El riesgo de padecer hipertensión primaria aumenta por:
- Obesidad
- Fumar
- Alcohol
- Estrés o ansiedad
- Diabetes
- Exceso de sal en la dieta
- Antecedentes familiares de hipertensión
La hipertensión secundaria puede deberse a:
- Enfermedades renales crónicas
- Transtorno de glándulas suprarrenales
- Algunos medicamentos
Entre otros.
La hipertensión arterial la mayoría de las veces es “silenciosa” y no da síntomas. Por tanto, la persona puede desarrollar cardiopatías y problemas renales porque no saben que tienen la presión alta.
En otros casos, sí se presentan síntomas: dolor de cabeza fuerte, náuseas ó vómitos, confusión, cambios en la visión ó sangrado nasal. Se debe acudir al médico.
Hipotensión arterial.
Cuando la presión arterial es más baja de lo normal, algunas partes del cuerpo como el corazón y el cerebro, no reciben suficiente sangre.
Algunas sustancias la causan como:
- Alcohol
- Diuréticos
- Algunos antidepresivos
- Ansiolíticos
Entre otras.
Otras causas de hipotensión arterial son:
- Deshidratación
- Hemorragia
- Infección grave
- Ataque cardíaco
Entre otras.
Y los síntomas abarcan: visión borrosa, vértigo, confusión, mareo, somnolencia, debilidad y desmayo.
4. Frecuencia respiratoria.
Se denomina al número de respiraciones (inhalación y expiración) que se producen por minuto y está regulada por el Sistema Nervioso.
La respiración presenta algunas cualidades como:
- La frecuencia (o velocidad)
- La profundidad
- El ritmo
- La capacidad que tenemos de manipular las cualidades anteriores.
Algunos factores pueden alterar los valores normales de la Frecuencia respiratoria:
- Ejercicio
- Actividad sexual
- Edad
- Fiebre
- Hemorragias
Las alteraciones que pueden presentarse son: la Bradipnea (menos de 10 respiraciones por minuto) y la Taquipnea (más de 20 respiraciones por minuto) y que se puede presentar por episodios de ansiedad, infecciones y dolor.
Los valores normales de referencia son los siguientes:
GRUPO DE EDAD FRECUENCIA RESPIRATORIA
(resp/min)
LACTANTES 30 – 40
NIÑOS 20 – 30
ADOLESCENTES 12 – 20
ADULTOS 12 – 20
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